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El Brexit: más allá de las mentiras

  • Foto del escritor: Bernardo Lapasta
    Bernardo Lapasta
  • 1 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 jun 2020

Los ingleses entre el cuestionamiento de su soberanía y el populismo manipulador

Portada del semanario inglés The Week. Fotografía: Multimedia Wix.


“Dimito sin mala voluntad, pero sí muy agradecida por haber tenido la oportunidad de haber servido al país que amo”. Luego de estas palabras emitidas con voz temblorosa, Theresa May daba media vuelta y entraba por última vez a la residencia de Downing Street. La ex primera ministra intentó contener la emoción, pero se notaba su tristeza. El Brexit volvía a ser el responsable de la renuncia de otro líder británico.


En 2016, el Reino Unido votó un referéndum para dejar de ser parte de la Unión Europea (UE). En la ciudadanía reinaba una sensación de que eran gobernados por personas ajenas a su nación. Algunos actores políticos, como Boris Johnson (hoy primer ministro), aprovecharon esta situación para sostener discursos populistas y, por momentos, falaces.

Estos factores, sumados al escándalo que más tarde se conocería como Cambridge Analytica, produjeron una importante polarizaron en la opinión pública inglesa.


El 23 de junio de 2016, se impuso el no a la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea y, de este modo, comenzaría un arduo proceso lleno de interrogantes, que aún no termina. En consecuencia, del resultado del referéndum, David Cameron renunció al liderazgo del Partido Conservador, lo que significaba que ya no sería primer ministro. Posteriormente, Theresa May tomaría la posta y, después de tres meses, repetiría el destino de su antecesor. La segunda mujer en ocupar el cargo de primera ministro —luego de Margaret Thatcher— intentó concretar el Brexit de modo paulatino a través de múltiples caminos, pero esto no fue posible. May, que en varias ocasiones esgrimía discursos en contra de los inmigrantes, era otra víctima que se cobrara el divorcio del Reino Unido con la UE.


Más tarde, llegó Johnson a la residencia de Downing Street en busca de una solución al dilema. El actual primer ministro se encuentra en negociaciones con las autoridades de la Unión Europea para lograr un Brexit inmediato. Según varios especialistas y políticos, la abrupta salida del bloque tendría un impacto negativo para Reino Unido.


Todo comenzó como algo sin mayor significado y se terminó yendo de las manos. Cuando Cameron planteó el referéndum, la inmensa mayoría de los británicos creía que la permanencia en el bloque se impondría sobre el Brexit. Sin embargo, la creciente hegemonía de Alemania dentro de la UE a través de las últimas décadas generaba cierto recelo en algunos ingleses. Reconocidos medios de prensa se hacían eco de aquella sensación. En esta línea, el semanario inglés The Economist llegó a publicar: “El creciente dominio de Berlín es motivo creciente de ansiedad no solo en Bruselas, sino también en otras capitales”. En muchas ocasiones las columnas de opinión apuntaban directamente a Ángela Merkel y sus decisiones determinantes dentro del bloque.


La Unión Europea se conformó alrededor del espíritu de restablecer la paz en Europa concluida de la II Guerra Mundial. Más tarde, tomaría dimensiones impresionantes y se constituiría como el bloque económico más poderoso del mundo. En este proceso, la supranacionalidad ilimitada que fue adquiriendo se convirtió en una de las bases del éxito en cuanto a la eficiencia de su funcionamiento en múltiples planos (político, económico, social, cultural); aunque, por otra parte, traería consigo varias interrogantes al respecto.


A modo de ejemplificación: cuando Grecia fue golpeada por una grave crisis financiera en 2009, la UE resolvió que el Banco Central Europeo le concediera un préstamo a este país. Los entes financieros mantuvieron —y mantienen hasta el día de hoy— una gran injerencia en la sociedad helénica exigiendo, entre otras cosas, reducción del déficit fiscal en detrimento las jubilaciones y pensiones y profundas reformas en leyes laborales. Actualmente, Grecia se encuentra en una grave situación producto de aquellas medidas. Esta pérdida de soberanía es lo que cuestionaron los ingleses en su referéndum.


El 31 de enero de 2020, el Reino Unido llegó a un acuerdo con la UE sobre la salida del bloque. Los británicos no previeron los problemas económicos que se generarían a partir de su decisión. Sin embargo, es pertinente que, de vez en cuando, las naciones se cuestionen hasta dónde llega su potestad para determinar su propio destino.


"May dimite". Video: El País de Madrid.


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